“Para avanzar en esta apuesta política, en el futuro la izquierda abertzale deberá disponer de una formación política legal para la intervención político-institucional, así como para participar en la mesa de partidos políticos donde se logre el acuerdo político resolutivo”, zanja la izquierda abertzale en sus conclusiones, en las que detalla que “le corresponderá a dicha formación, sea cual sea su nombre y estructura legal, ser la referencia de todos los independentistas y socialistas de Euskal Herria en la práctica política, de masas, ideológica e institucional a desarrollar en el proceso democrático”.
Se trata de un comunicado publicado por el diario ‘Gara’ en el que la izquierda abertzale explica que tanto la elaboración de la ponencia ‘Clarificando la fase política y la estrategia’ como la presentación de la Declaración de Alsasua “han sido ratificadas con un amplísimo apoyo” a lo largo de las discusiones asamblearias iniciadas a comienzos del presente curso político.
A partir de ahí, el comunicado difundido este martes explica que “el concepto del tiempo hay que entenderlo en términos políticos”. “Son las condiciones políticas y sociales las que fijan el momento de realizar apuestas”, aclara. Aunque admite llegar a este punto después de haber hecho “autocrítica” –si bien el texto no especifica más en este aspecto– advierte de que la izquierda abertzale “no defraudará a su historia ni a su pueblo”.
“Damos nuestra palabra de que no dejaremos que se pierdan la esperanza y las condiciones creadas durante estos años para alcanzar un escenario democrático”, matiza, al tiempo que se asegura que “realizar la apuesta política es una decisión propia” de la izquierda abertzale. “No debe estar forzada por nada, ni depender de la voluntad de nadie más”, añade, si bien luego precisa que “la imposición y la injusticia utilizadas por los estados no serán jamás ingredientes del proyecto de los independentistas de izquierdas”.
«Tras la muerte de Franco»
A la hora de explicar sus intenciones para el futuro, el comunicado reivindica que “en este periodo de tiempo, gracias a la lucha, se ha recorrido el trayecto hasta abrir la opción de la constitución del Estado Vasco”. “Ahora, después de haber logrado frenar la operación política diseñada tras la muerte de Franco, cuyo objetivo era la asimilación de Euskal Herria, estamos a las puertas de un nuevo tiempo que tendrá como objetivo constituir un marco democrático”, dice el texto, en el que se recurre en varias ocasiones a la acumulación de fuerzas y al apoyo popular.
Pero, según la izquierda abertzale, “no ha sido un camino fácil” y “el sufrimiento ha sido la terrible consecuencia de este largo ciclo de conflicto político y confrontación armada”. No obstante, el comunicado sitúa el origen de ese dolor en que “muchos hayan querido ocultar la realidad” con “la negación de los derechos de Euskal Herria”. “Esa negación provoca el conflicto político, y la estrategia represiva lo alimenta. Superar esa situación es una necesidad para poder alcanzar ese escenario democrático donde poder defender nuestro proyecto político”.
De hecho, en sus conclusiones, la izquierda abertzale no cita en ningún momento a la banda terrorista ETA y tan sólo emplea la palabra “violencia” en dos ocasiones para exigir que “el proceso democrático tiene que desarrollarse en ausencia total de violencia y sin injerencias”, pero el texto no hace más precisiones al respecto.
Así, apela de nuevo a la propuesta de Alsasua y los principios del senador Mitchell que, según la izquierda abertzale, significa que “nadie podrá utilizar la fuerza o amenazar con su uso para influenciar en el curso o el resultado de las negociaciones multipartitas, así como para tratar de modificar el acuerdo que nazca de las mismas”.
«Tres estaciones»
En cuanto a las propuestas concretas, estas conclusiones plantean la necesidad de establecer lo que llaman como “tres estaciones”. La primera de ellas, denominada “mínimos democráticos”, defiende la “materialización de acuerdos o decisiones sobre la igualdad de oportunidades de todas las fuerzas políticas y sobre la desactivación de las medidas de excepción”.
La segunda, llamada “acuerdo democrático”, “se basaría en el desarrollo de los contenidos políticos trabajados en el último proceso de negociación, reconociendo el carácter nacional de Euskal Herria, garantizando que todos los proyectos políticos puedan ser realizables”.
Dentro de esta estación, la izquierda abertzale propone “estructurar las vías jurídico-políticas para que los territorios vascos puedan establecer sus relaciones tanto entre si como con el Estado”.
La tercera y última estación, “marco democrático”, aboga por “crear una autonomía conformada por los cuatro territorios de Hego Euskal Herria (País Vasco y Navarra) y con derecho a decidir, en el sentido expuesto en la propuesta de Anaitasuna, y del mismo modo, en particular una autonomía con los tres territorios de Ipar Euskal Herria (Francia), tal como recoge la Propuesta de Uztaritze”.
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