Mucho hemos escuchado y leído sobre el trascendental tema de la unidad, quizás hecho en falta una reflexión más personal sobre el asunto, desde la perspectiva de un militante de base activo y comprometido con el trabajo del día a día, de la calle, de los sinsabores de la falta de medios y personas.Se argumenta, se acusa, se dice y se explica y probablemente todos de alguna forma o en parte tengan razón, se habla de intereses y de personalismos, de conspiraciones e influencias externas pero el que está acostumbrado ya por desgracia , a estas situaciones no termina de comprender el porque unos tienen una eterna capacidad de trabajo y entrega y otros supeditan esa capacidad, que en absoluto les niego, a unas circunstancias u otras, unas personas u otras, ¿de verdad pensamos que una discrepancia es tan importante, que un grupo de personas, por influyente que sea, lo es mas que el proyecto político?.
No se si ahora somos mejores, desde luego los que estamos somos pocos, pero si es verdad que el perfil del militante es bueno, creo que ahora predomina un espíritu, por lo menos en la demarcación territorial a la que pertenezco, de esperanza, de saber que las personas somos importantes pero lo es más la organización que nos acoge, un espíritu casi fundacional.
A veces me imagino que alguno de nuestros lideres históricos de la primera etapa de la organización, estuvieran aquí hoy en día y penarían de todo lo sucedido en nuestro movimiento desde la llegada de la Constitución del 78, creo que es hora de trabajar, de pensar que la unidad ya está realizada, los que somos falangistas deberíamos estar agrupados en la organización creada por José Antonio en el año 33, aunque algún camarada tenga discrepancias o una tendencia u otra no veo que la disciplina sea un sacrificio loable, es una oblación imprescindible si se quiere estar en política y si quiere tener legitimidad para algún día asumir responsabilidades, por otra parte no conozco organización con nos niveles de democracia interna como la que disfrutamos actualmente lo que deja en evidencia aun más los egoísmos.
Con está carta hago un nuevo llamamiento al que piensa que le une más con nosotros que lo que le separa y si quiere asumir responsabilidades honestamente y sin una actitud egoísta o frentista tendrá mi apoyo en los órganos internos existentes para estos menesteres.Es un llamamiento con el corazón en la mano, para la reflexión intima y personal, con una visión optimista, tenemos el consuelo de que a peor ya no podemos ir y si tenemos una actitud generosa y entregada, todo lo que tenemos por delante es mejorar, yo por mi parte no solo escribo o hablo, actuó, y espero hacerlo correctamente con el apoyo de mis admirables camaradas , tenemos que recordar lo que significa la palabra fidelidad, no sin autocrítica o debate pero el sacrificio empieza por desprenderse de todo ejercicio de soberbia o personalismo. Ya por último un recuerdo emocionado para todos los camaradas que no están junto a nosotros, recordad que desde algún lugar nos observan y tenemos que procurar que se sientan orgullosos de haber sido falangistas. Creo sinceramente que España necesita de nuestras ideas y solo está en nuestra mano que estas se difundan correctamente.
También quería mandar un saludo a todo el que alguna vez se acercó a nosotros de alguna manera, o que pertenezca a alguno de los grupos que usan denominaciones coincidentes alentándoles a la reflexión sincera y sin ninguna clase de rencor, puede parecer exagerado hacer un llamamiento al patriotismo pero la situación del país lo requiere, los millones que están en el umbral de la pobreza o en el paro merecen nuestro trabajo desinteresado, me pondré como ejemplo aunque sea de mala educación, en los primeros años ochenta milité en unas ilusionantes Falanges Juveniles , luego asistí estupefacto a la autodestrucción, años después regreso a la organización y mi jefe de escuadra es un antiguo militante de la Falange Independiente, lo cual no solo ha supuesto ningún problema si no al contrario a enriquecido muchos mas nuestro grupo, no es tan difícil de verdad, esto no es sueño, es una realidad y de una manera u otra seguiremos impasibles luchando día a día por la Falange del futuro, y en lo que a mi respecta estoy seguro que José Antonio desde ahí arriba se siente orgulloso de mi, hoy más que nunca.
¡ARRIBA FALANGE ESPAÑOLA!
¡ARRIBA ESPAÑA!