De Jose Antonio a dicho recientemente el ultimo premio planeta que era un memo y que asi lo habian reconocido historiadores, este humilde blog a descubierto estos testimonios que no son precisamente descripciones de un memo, no nos a sido muy dificil el encontrarlos asi que pensamos que el unico memo es el ultimo premio planeta...
los españoles de esta talla, los patriotas como él, no son peligrosos, y no se han de considerar enemigos. ¡Como habría cambiado el destino de España sí hubiera sido posible un acuerdo entre nosotros como deseaba Primo de Rivera!".
El anarquista Diego Abad de Santillan, refiriéndose a él tras enterarse de su ejecución
"José Antonio era uno de los hombres más ponderados que han existido en la política española. Ponderado hasta en la violencia. Alguna vez he dicho que sus mayores violencias fueron siempre más inteligentes que pasionales".
Juan Ignacio Luca de Tena, Dolor y memoria de España, Barcelona, 1939.
"Sí, ya me han dicho que se ha hablado bastante de mi asistencia al mitin organizado por Falange Española en Salamanca. Fui a este mitin como voy a todos los que quiero. No asisto a aquellos actos a los que me invita la empresa, sino a los que yo quiero ir. Cuando comenzó el mitin comenzaron a tirarme de la lengua, pero yo, naturalmente, ni interrumpí ni hice caso alguno. A mí no me tira nadie de la lengua: tengo por costumbre contestar a aquello que no se me pregunta y dejar sin respuesta aquello que se me interroga. Por lo demás, ese muchacho —refiriéndose a José Antonio— tiene mucho talento y una cabeza que funciona perfectamente. Llegará hasta donde quiera, porque, además, es un carácter de cuidado... ¡Mucho ojo con estos muchachos del brazo en alto!"
Miguel de Unamuno, La Gaceta Regional, 20 de noviembre de 1938.
"Data de muchísimo tiempo la afirmación filosófica de que en todas las ideas hay algo de verdad. Me viene esto a la memoria a cuenta de los documentos que José Antonio dejó en la cárcel de Alicante. Acaso en España no hemos confrontado con serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias que quizá fueran fundamentales, y descubrir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si éstas valían la pena ventilarlas en el campo de batalla".
Indalecio Prieto, Palabras de ayer y hoy, p. 17. Santiago de Chile. 1938.
“Creo que es un ser en el que se reúnen por raro privilegio, una porción de v irtudes, que es raro encontrar en un solo individuo. Sus maravillosas virtudes, su valor, su gran inteligencia, su enorme capacidad de sugestión. Esas cualidades, advertidas por mí desde el primer momento, no fueron suficientemente admiradas hasta ahora por varias razones; entre ellas por la elegancia espiritual y el pudor de nuestro jefe, y también porque la situación política de los españoles les hacía tomar como signo juvenil lo que encerraba una plenitud consciente e inapreciable”.
Eugenio Montes FE, 30-IX-1936.
Ayer, al pasar por los puestos de libros del Cabildo, vi unos cuantos libros españoles, de la España actual… ¡Lagarto, lagarto!... Sin embargo, me compré nada menos que las Obras Completas de José Antonio. Hacía mucho tiempo que quería leerlas y ayer era verdaderamente inoportuno porque tenía que terminar lo de las Mujeres Ejemplares, pero llegué a casa y me leí de un golpe trescientas páginas. Es increíble. Dos cosas son increíbles; una que todo eso haya podido pasarme inadvertido a mí, en España, y otra que España y el mundo hayan logrado ocultarlo tan bien. Porque no me extraña que llegaran a matarle: estaba hecho para eso, para que después de muerto se haya hecho el silencio sobre su caso… Era difícil y expuesto por la gran confusión en torno. Por el contrario, los gitanillos, las faldas de volantes, los toritos bravos y todo el puterío sublimado extendiendo por el mundo una España histriónica era vivificante para la cosecha de turismo. Es cierto que su simpatía por los fascismos europeos, tan macabros, le salpicó con el cieno en que ellos se enfangaron, pero leyéndole con honradez se encuentra el fondo básico de su pensamiento, que es enteramente otra cosa. Fenómeno español por los cuatro costados […]. Despertad, sacudid a uno de esos ciegos y será capaz de mayor abnegación, pero mientras viva ofuscado por su propio brillo, activado por su propia hambre, no esperéis que dialogue con el prójimo, conformaos con poder evitar que lo devore. Hay que estudiar esto en Unamuno, en Ortega, en José Antonio, su reflejo o espectro. En lo que quedó de ellos, en quienes les fueron afectos y en quienes les execraron sin comprenderlos o, lo que es peor, comprendiéndolos y temiendo –por pereza, por miedo o por inepcia– lo que ellos exigían
Rosa Chacel Alcancía. Ida. Plaza & Janés Editores. Barcelona, 1994, págs. 72 y 73.